MIS VIEJAS

domingo, 13 de febrero de 2011

DOS LINDAS AL NATURAL

DOS LINDAS AL NATURAL

DOS LINDAS AL NATURAL

EL DEPERTAR DE JUANITO

Un chico de familia bien que encuentra su verdadera identidad teniendo sexo con una travesti.

Luis era un chico guapo con un increíble éxito entre las chicas, una simpatía arrolladora, además de estudiar su carrera era un autentico busca vidas, desde que inició sus estudios siempre tuvo medios donde ganarse un dinero extra para sus caprichos, sus padres no tuvieron que molestarse en gastar dinero en las continuas juergas que el chico se pegaba en vacaciones de verano ni pagar las caras gafas de sol que se le antojaban o el móvil mas moderno que salía al mercado.

Estudiaba en Madrid, los dos primeros años en un conocido colegio mayor donde los jovencitos mas ricos de las capitales de provincias venían a cursar sus estudios en afamadas universidades privadas de la capital. Después de estos dos años de colegial compartía piso con dos de sus íntimos amigos desde la infancia en un elegantísimo barrio donde disfrutaban de una comodísima vida para ser estudiantes.

Un día Luis recibió la llamada inesperada del propietario de una famosísima discoteca pidiéndole se reuniera con el, a lo cual el chico acepto encantado.

Este empresario quería contar con el chico para su equipo de relaciones publicas y no precisamente como un niñato al cual se le paga con copas, el hombre ofrecía un buen sueldo por contar con su colaboración y la misión de Luis sería además de traer al local a lo mas granado de la sociedad juvenil madrileña colaborar con otro relaciones publicas en atender a los famosos que eran asiduos del loca.

Luis antes de aceptar debía comentarlo con sus padres, estos después de muchas conjeturas aceptaron el ofrecimiento que hacían a su hijo no sin antes marcarles una serie de premisas las cuales el chico debía cumplir puntualmente.

Comenzó a trabajar en el famoso local y su labor vio frutos muy pronto cada noche de jueves a sábado la juventud mas selecta que habitaba en Madrid se deba cita en la mas glamorosa de las discotecas del país, a la vez colaboraba con el equipo de atención VIP en organizar saraos para actores, artistas y famosos de la jet española.

Luis lo pasaba fenomenal en toda aquella parafernalia que era nueva para el, fiestas de gala, entregas de premios, cenas lujosísimas, estaba conociendo actrices, cantantes y personajes diversos de la sociedad nacional.

Pero algo nuevo había pasado en su vida que era absolutamente distinto, conoció a Andrea, era una chica guapísima de un cuerpo escultural con la cual simpatizo desde el primer día que se vieron, Andrea era una animadora de pista de la sala, era lo que comúnmente se denomina una gogó que ocupaba la pista estuviera vacía o llena y bailaba durante horas cada noche.

Extremadamente simpática y femenina la chica hizo buenas migas con Luis, un chico guapísimo además de educado que le trataba con muchísimo respeto, pasó mucho tiempo y Andrea y Luis hicieron buenas migas como compañeros de trabajo, charlaban en la barra cuando no había mucha clientela, incluso alguna vez hasta bailaban juntos a primeras horas de la noche.

Luis no parecía importarle que Andrea en realidad no fuera una mujer, era un travesti, estaba perfectamente hormonada y se cuidaba adecuadamente su apariencia jamás daba lugar a que parecieses un hombre travestido, sus modales exquisitos, su feminidad y su compostura hacia que todos respetasen a Andrea como una verdadera señorita.

La chica contaba a Luis sus venturas y desventuras y su anhelo por conseguir dinero para poder realizarse el tratamiento completo de cambio de sexo, algo que veía lejano dada sus dificultades económicas. Andrea era una bellísima mujer , alta rubia con el cabello ondulado cortado a capas que caían en cascada por sus hombros , tenía unos bonitos pechos no demasiado grandes , su piel blanca rosada la convertían en una mujer muy atractiva y rompía los moldes a los que estábamos acostumbrados de una travesti.

Muchos días cuando salían de la discoteca bien entrada la madrugada iban a algún local alternativo donde terminar la noche tomando una ultima copa antes de ir a casa, incluso mas de una vez Juan invitaba a su compañera a que fuera con sus amigos como una mas, ninguno de los chicos sabían la verdadera identidad de la bailarina, la conocían como compañera de Juan y ya, ningún sospechó nada extraño ni tampoco hizo preguntas sobre la relación que ellos mantenían.

Un día Juan al llegar a su trabajo buscó alegre a la chica que bailaba en la pista y haciéndole señas le indicó que viniera donde el para contarle algo. Andrea dejó la pista y fue a su encuentro saludándolo efusivamente como ya era normal entre ellos, a pesar de ser hetero y muy pijito Juan sentía verdadero cariño por la travesti y admiración.

Hola guapa, tengo que contarte algo, mi amigo Enrique me ha convidado a pasar el fin de semana a una finca que tiene en Toledo y me ha dicho que le encantaría que vinieras con nosotros, estas invitadísima, ¿Qué me dices?

Uff, me encanta la idea, incluso me siento alagada, pero creo que será complicado.

¿Por qué complicado? Pedimos permiso y ya.


si estupendo, pero ¿con quien he dormir? ¿Con chicas, contigo?


Bueno, creo que no hay problemas con eso, tu y yo somos colegas, podemos dormir juntos, no creo que sea escandaloso para ninguno de los dos, ellos no saben nada al respecto y aunque lo supieran, eres mi colega y ya.

Andrea sonrió y de sus ojos salieron lágrimas de emoción y cariño por aquel hermoso chico que demostraba como la quería.

-Está bien, no se hable mas, mi única condición es que dormiremos en la misma habitación, no quiero sustos.

OK guapa, llamaré a enrique para confirmarle que nos vamos a los tres, ve a pedir permiso a al jede de sala que yo mañana le comento a mi jefe.

Llegó el día de la partida, Juan fue a casa de Andrea a recogerla y salieron de Madrid en dirección a la finca de sus amigos, no eran muchos los invitados, amigos íntimos de Juan y las novias de un par de ellos, los otros chicos iban desparejados.

Llegaron a la finca una bonita casona de piedra se presentaba ante ellos Andrea estaba emocionada de aquel lugar tan bello y de que fuera una invitada mas entre esos chicos ricos , ella una vulgar travesti de barrio bajo.

Juan ya había hablado con el anfitrión de que ellos dos dormirían juntos y tomaron posesión de sus aposentos, una amplia alcoba de casa antigua de tamaño descomunal con una cama de matrimonio de tamaño inmenso.

Cuando entraron Juan no dijo al ver la cama, pero Andrea lo miró y le dijo

-¿no te va a importar acostarte conmigo en esa inmensa cama?

No se porque me iba a importar guapita, ¿crees que es la primera vez que duermo con una amiga en la misma cama?

Ese día como habían llegado tarde y cansados fueron pronto a la cama después de una cena bastante opípara regada con abundante vino de la tierra que los dejó a todos un poco fuera de juego.

El día siguiente a la llegada lo dedicaron a visitar la finca y los alrededores donde había una bonita ermita románica, después fuimos al pueblo cercano donde comieron en una casa de comidas estupenda, tras comer y beber fueron a la casa y prendieron la chimenea, pasando la tarde y noche ante esta ,contando historias , bebiendo muchas copas e incluso llegada una hora uno de los chicos pasó unos porros de marihuana que todos fumaron, bien entrada la noche fueron a la cama bastante alegres incluso Andrea se sentía muy alegre y divertida.

Una vez en la habitación los dos reían y jugueteaban a diferencia de la noche anterior en que Andrea un poco cohibida se había cambiado en el baño y entró en el dormitorio con un amplio pijama que no dejaba ver nada de su cuerpo se introdujo en la cama y se quedó dormida en un rincón.

Esa noche Andrea estaba divertida, un poco bebida y dicharachera incluso podríamos decir que picarona.

Los dos comenzaron a desvestirse sin pudor alguno mientras se gastaban bromas y reían alegremente con el efecto de las copas y el porro Juan quedó en boxers marcaditos y se le veía su bonito cuerpo de veinteañero trabajado en el gym , Andrea mas recatada se volvió mientras se quitaba la camiseta que llevaba puesta y se puso una camiseta amplia para dormir, entro al baño para colocarse bien sus atributos y ponerse unos pantaloncitos shorts de algodón tipo chándal para dormir mas cómoda sin presión de todos sus atributos masculinos que habitualmente lleva ocultos.


juan tal cual se tendió en la cama viendo el trabajo que se tomaba su amiga antes de dormir de quitarse el suave maquillaje y ponerse una crema nutritiva, su cuerpo era bellísimo, las piernas firmes su culito respingon comenzaron a poner cachondo al chico que comenzó a tener su polla morcillona, ante la evidencia decidió taparse con las sabanas pues le daba vergüenza que le viese con el rabo duro, pero Andrea estaba francamente buenorra.

Andrea continuaba en el baño con la puerta abierta y hablaba a su compañero mientras continuaba con sus faenas femeninas y sin darse cuenta que Juan le observaba cachondete pero algo ocurrió que cambió todo, Andrea fue a hacer pipí antes de dormir sin saber que Juan la podía ver desde la cama, por primera vez la vio que orinaba de pie igual que otro hombre y Juan perplejo comenzó a ver como se sacaba la polla dormida de su short y orinaba igual como lo hacía el habitualmente, aquello hizo que el chico ya cachondo que estaba se pusiera súper burro, su polla comenzó a ponerse dura como una piedra, además la travesti orinaba un chorro enérgico y largo mientras el cual se estaba masajeando su polla que no tenía un tamaño despreciable, también pudo observar secretamente que a la vez que la polla la chica se había sacado sus dos orondos cojones peluditos y eso a Juan le puso a mil.

El chico sin darse cuenta dio un resoplo y la travesti le oyó volviendo la cara cruzó su mirada con la del chico que la veía de pie ante el inodoro con su pedazo de nabo en la mano, ella no dijo nada ni dejó de mirarle pero continuó masajeándose la polla que cada vez la tenía mas dura.

Aquello creo un clima ardoroso, Juan se incorporó en la cama retirando las sabanas que tapaban su erección monumental y ella continuaba masturbándose lentamente sin moverse del sitio. El chico sin mediar palabra se despojó de sus boxers dejando ver su esplendorosa polla dura en pleno apogeo y unos velludos huevos que reposaban sobre sus muslos. Se masticaba al ambiente, Como ella no hacia nada, estaba clavada allí mismo desde hacia un largo rato meneándose su atributo Juan se levantó de la cama y desnudo fue hasta ella y acercándose lentamente la agarró entre sus brazos uniendo los sexos de ambos y comenzando a besarla apasionadamente.


Sus cuerpos se restregaban con hambre, sus lenguas se entrelazaban con húmedos deseos de poseer los jugos del otro, las manos de ambos manoseaban el cuerpo de su amante hasta que Juan sin previo aviso la soltó y la llevó hasta la cama, se aseguró que el pestillo de la habitación estuviera echado y comenzó a mamar los pezones rosados de la travesti que se retorcía de gusto, después de mamarle por un buen rato sus senos Juan bajo besando por el vientre de la chica y llegado a la verga de la travesti comenzó a lamerla con guala y ansias de apoderarse de todo sus sabores y textura.

Andrea no se quedó quieto y al igual que su amigo comenzó un fantástico sesenta y nueve que los llevó a la locura de placer.

Lo insólito era que Juan era la primera vez que se metía en la boca la polla de un tío, pero parecía un consumado mamador porque lo hacia con destreza y agilidad pasmosa.

Andrea lamía el culito de Juan que estaba extasiado de tanto placer como le daba la chica y saboreaba los cojones de la travesti mientras que ella mas veterana en estas lides aplicaba lengua en el ojete del ano del chico que se dilataba y parecía una flor madura abierta al sol de primavera.

El placer que le propinaba enajenó al chico que al oído pidió a su compañera le penetrara y Andrea sin reparos colocó en una posición de lado a Juan y poco a poco le ensartó su polla en lo mas hondo de las entrañas. Tras parar un momento lo bombeo durante bastante tiempo y cuando pensó podía correrse la chica sacó su polla de los intestinos del chico y pajeándose se corrió sobre el que gemía de gusto que tenía en todo su ser.

Cuando recuperaron el ritmo respiratorio se miraron a los ojos y comenzaron a reír, ninguno de los dos daban crédito a lo ocurrido.
-Juan, te he partido el culo tío.

Bueno, mejor que tu nadie me lo habría hecho mejor, me ha gustado mucho, creo que voy a repetirlo, porque no me ha parecido nada mal.

-Bueno, pues ahora te toca a ti darme un poquito de placer por ahí, porque yo esta noche quiero mas marcha, ya que hemos empezado que no decaiga la fiesta ¿no crees?

Por mi estupendo, cuando esta se ponga alegre de nuevo, nos ponemos manos a lo obra y te doy una buena follada ¿hace?

-¡hecho!

Encendieron un cigarrillo y fumaron relajadamente mientras conversaban y tras esa pausa los dos desnudos sobre la cama comenzaron a sentirse ardorosos de contemplar los cuerpos del compañero.

Andrea comenzó a besarle los pezoncillos, cosa que gustaba mucho a Juan que se dejaba hacer y mientras pasaba suavemente las yemas de sus dedos por la espalda de la chica, después bajó hasta la entrepierna de su amigo y comenzó a lamerle todas sus partes como buena hacedora que era provocando una enorme erección en la polla del chico.

Juan ya de nuevo excitado comenzó a besarle los pechos a la travesti, sus pezones como botones eran succionados con ansia deseoso de sacar de ellos alguna sustancia bebible y después de una buena chupada de pezones se hincó en la polla del hombre travestido y le dio una monumental mamada, aprendió rápido las artes mamatorias el chaval , hizo gemir de gusto a la chica y colocándola en pompas le lamió el ojete del culo clavándole la lengua, viendo que el culo del travesti estaba bien abierto se incorporó tras ella y le ensartó el pollón de un golpe seco y certero. Tras un leve receso comenzó a bombear dando unas magnificas envestidas a la mujer hombre que no dejaba de pronunciar aies en tono quejumbroso pero realmente eran de placer.

Ambos después de varios minutos de follada se vinieron el uno encima del otro mientras se pajeaban sus pollas.

Pringados como estaban de semen se volvieron a abrazar y de esa guisa durmieron profundamente toda la noche hasta que las claras del día les despertaron y comenzaron de nuevo a juguetear una vez más en la cama.

Juan descubrió que era maravilloso tener abrazado a el a su amiga con esa preciosa polla rozándose con la suya, le acariciaba la polla y los huevos , encantado de descubrir sus nuevos gustos por los órganos masculinos, se sentía feliz de haber disfrutado con Andrea esa maravillosa experiencia y deseoso de conocer mas, aunque el sabía que Andrea deseaba con todo su alma ser una mujer entera y el deseaba ese mix entre hombre y mujer , poder disfrutar de su lado femenino y también de sus atributos de hombre que le satisfacían plenamente.

Después de juegos matinales, donde hubo de todo nuevamente, pidió a Andrea que le volvieses a penetrar y disfrutó gustoso de la polla de su amigo, amiga hasta correrse de placer sin siquiera tocarse su miembro.

Tras una ducha bajaron junto a los amigos, tomaron un fantástico desayuno y a mediodía comenzaron el regreso a Madrid, dando por concluido ese inolvidable fin de semana.

Los días sucesivos transcurrieron con normalidad, Juan iba a sus clases en la universidad, trabajó los días que debía su estado de ánimos era alegre aunque reflexivo cuando se encontraba solo, intentaba descubrir cual era su verdadera tendencia sexual, había descubierto ciertas cosas nuevas pero no podía discernir si un hombre verdadero le gustaría o solo fue Andrea la causante de aquella maravillosa experiencia.

Con Andrea volvió a mantener relaciones excelentes, pero ambos sabían que lo que ellos buscaban no se lo podría dar el otro, la travesti propuso que probase con una amiga suya que le gustaba aquel tipo de experiencias con tíos tenía un buen miembro que de seguro le daría mucho placer. Fue cierto Lola era una morena inmensa exuberante llena de sensualidad y morbosa como ninguna, tenia unas inmensas tetas una cabellera morena y un pedazo de polla que hizo las delicias del chico, lo folló tres veces en una noche y disfrutaron de lo lindo.

Pero Juan seguia con sus inquietudes una semana tras otra, deseos en sus mas internos pensamientos probar sexo con un hombre hecho y derecho, pero no sabia como iniciar aquella nueva experiencia.

Una noche de miércoles estaba en la discoteca con un grupo de amigos que habían venido a bailar porque el estaba allí entre ellos unos cuantos chicos que habían venido de estados unidos para un curso que se impartía en su universidad , como relaciones publicas les invitó a una copa pues los chicos habían encargado ya una botella y después pedirían otra, lo cual justificaba la invitación a esa pandilla tan grande que se había presentado una noche de miércoles cuando no es habitual que el fuese a trabajar.

Uno de los chicos americanos le miraba de una manera distinta, antes el no hubiera sido capaz de fijarse en esas cosas pero ahora estaba mas sensible con cualquier signo que pudiera abrirle las dudas que tenia.

Aquel chico típicamente gringo era alto rubio de pelo lacio ojos intensamente azules y un cuerpo de infarto, seguramente debido a la practica de algún deporte que le permitía estudiar en tan selecta universidad.

El chico no dejaba de mirar de manera diferente a Juan que en vez de ponerse nervioso llamó a su compañera Andrea y le dijo que observara al chico en cuestión y le dijera si ese chico entendía o que deseaba sino.

pasaba la noche y Will que así se llamaba el americano no solo le miraba sino que ya se había logrado sentar junto a el y conversaban amistosamente, durante esa charla incluso tuvo el atrevimiento de manera sutil de rozarlo con su brazo o incluso ponerle una mano en su pierna.
esta claro Juan, dijo la travesti, ese tío quiere rollo contigo.

Ya iba siendo la hora de marcharse era bastante tarde y la discoteca cerraba a las cinco de la mañana, además ellos tenían a mediodía una sesión en el decanato de la facultad con todos los profesores.

Juan tuvo ganas de ir al baño y en vez de ir al de la parte de abajo mas concurrido decidió ir al de la parte alta de la discoteca que normalmente estaba desierto y mas a estas horas, no se marchó sin antes dar cuenta a Will de que necesitaba orinar e iría a hacerlo.

El gringo se apunto de inmediato a acompañarle aduciendo que el también deseaba evacuar todo el liquido bebido aquella noche.
Siguió al relaciones publicas, subieron las escaleras y el baño como este pensó estaba desierto al igual que toda la zona de barra y asientos de la zona alta de la discoteca.

Entraron al baño y colocándose en un urinario se sacó la polla para descargar todo lo que su vejiga almacenaba, el chico gringo le imitó y se colocó en el urinario contiguo sacándose una polla blanca de capullo rosado de un tamaño mas que aceptable y haciendo ademán de mear se la meneaba decididamente para provocar la salida del orín.

Juan discretamente dirigió su mirada hacia la bragueta del muchacho que a la vez no quitaba ojo de la del vecino que de tan excitado como estaba y del suave masaje que le daba se estaba poniendo el nabo durito.

Ambos chicos se excitaron con ese juego morboso de mirar la polla del vecino de meada hasta que alzaron la vista y sus miradas se encontraron, la lengua de Will acariciaba sus labios y Juan abría su boca dejando entrever su húmeda lengua, volvieron a mirarse las braguetas y ambos tenían sus pedazos de nabos en la mano durísimos como fierro.

juan tomó ahora la iniciativa y guardándose el pollón durísimo en sus desgastados vaqueros se metió en unos de los cubículos del baño y desde allí hizo una seña al gringo para que le siguiese.

Will entró al retrete junto al muchacho español y directamente se bajó hasta la polla de este y comenzó a mamársela con ansiedad. Después de un rato de mamarla subió hasta los labios de Juan que le comió la boca con deseo y después se dedicó a mamar la del gringo que estaba riquísima, después de un buen rato de ambos mamando se pajearon y se corrieron juntos pues la premura les obligaba a ser rápidos en ese primer contacto.

Volvieron donde el grupo de amigos que ya comenzaban a despedirse, pero cual fue la sorpresa de Juan cuando Will no iba en la misma dirección que sus colegas, estaba viviendo en un apartotel que pillaba justo al lado de casa de Juan que encantador se ofreció a llevarle.

Se montaron en la Scooter de Juan y Will después de ponerse el casco se aferró a la cintura del conductor pegando su cuerpo al del chico y salieron en dirección a su casa a toda velocidad. Durante el recorrido el yanqui se agarraba de la bragueta del chico masajeándolo de continuo provocándole una inmensa erección.

Cuando llegaron a la puerta del apartamento de Will, Juan paró la moto y ambos chicos remolonearon la decisión que el americano debía iniciar.
-Creo que deberías subir a mi apartamento, tienes muy inflamado eso de ahí.

Bueno, no sería mala idea que me invitaras, tú también parece que tienes una inflamación en las entrepiernas.

Los chicos dejaron el juego y subieron al pequeño apartamento de Will, una zona dedicada al salón con un sofá de mediano tamaño y una barra que daba a una pequeña cocina, en otra zona al fondo de la estancia una gran cama con una puerta a un lado que daba al baño y otra pared ocupada por armarios empotrados.

Los dos jóvenes comenzaron a besarse impulsivamente con deseo acumulado después de la corrida en el baño de la discoteca, comenzaron a desnudarse rápidamente hasta que quedaron enteramente desnudos.

Will de un manotazo destapó la cama apartando el mullido edredón que la cubría y dejando caer sobre el lecho a Juan que babeaba con el físico tan maravilloso del gringo rubito, Este sin mediar palabra directamente se tiró a la polla del chico y le mamó concienzudamente el aparato y después los huevos que los dejó absolutamente mojadito, traes esto se lanzó a buscar el boquetito trasero del muchacho y una vez lo tuvo a la vista le propinó unos buenos lametones con su ávida lengua de experto follador y provocó una buena dilatación en el trasero del machito español que gemía entusiasmado de sentirse poseído por el muchachote rubio que le había traído a su casa.

Una vez lo tuvo bien abierto del esfínter Will colocó la punta de su prepucio en la puerta de las entrañas y sin vacilaciones penetró hondamente al joven neófito en las lideres amatorias homosexuales.

Cabalaron durante un buen rato, como los dos se encontraban frente a frente se besaban con lujuria y desenfreno plenos de placer hasta que un próximo venimiento del gringo le llevó a sacar la polla del culo del españolito y soltarle varios trallazos de espesa leche sobre el abdomen a la vez que Juan descargaba el suyo en el de los dos.

Eran ya dos corridas por esa noche un poco excesivo teniendo en cuenta lo tardío de la orgia y la premura de que a mediodía debían estar en la universidad inexcusablemente.

Después de fumar un pitillo acompañado de besos y carantoñas durmieron placidamente hasta las once de la mañana en que Juan salió escopetado a su casa para ducharse y ponerse ropa adecuada para el acto que tenían que asistir.

sos días sucesivos Juan continuó viéndose con Will, practicaron sexo en todas las posiciones posibles, en todos los lugares imaginables ó no, Andrea también seguía participando de la vida del chico, el cual ayudó a la travesti a conseguir el dinero necesario para realizar su sueño mas preciado, cambiarse de sexo.

Juan descubrió un nuevo mundo, lleno de maravillosas vivencias y que en adelante cambiaría toda su forma de ver la vida.
AUTOR: ANONIMO

sábado, 12 de febrero de 2011

RELATO: Mis Dos Amantes

Recostada sobre mi cama con un calor asesino en esta noche, enciendo el ventilador y yo estoy sola… mi novio de viaje… mi amante con su esposa… pienso en ambos, en como me hacen el amor, cada uno a su manera, mi novio es sensual pero le gusta que yo lleve la iniciativa, que sea yo quien lo excite y quien comience a volverlo loco, nos gusta imaginar situaciones, ser los personajes de nuestra propia historia, inventar. Mi amante… pasional, le encanta dominarme porque sabe que es lo que más odio, es impulsivo, descarado y juega con el morbo de que podemos ser descubiertos, sabe que eso me vuelve loca. Pienso en los dos, en como mi vida se ha convertido en un juego de riesgos, en como soy capaz de satisfacer a los dos, si antes era solo una mujer que apenas quería hacerlo con su pareja, todo mejoró cuando conocí a mi amante, andaba todo el día excitada y eso afectó a mi relación de pareja, aumentó la calidad y la cantidad de sexo, necesitaba desahogarme por la excitación continua que uno y otro hacían sentir. ¿Cómo explicar que se necesita a dos hombres? Uno te aporta la calma y el otro la tormenta, me dan vida, los necesito, me excitan… Ahora estoy aquí sola en mi cama, sé que ellos también piensan en mi, se desconocen mutuamente, saben que estoy sola en este momento y seguro que desearían hacerme suya, sé que soy capaz de volverlos locos, me encanta hacerlo, a veces incluso los excito a la vez sin que uno se de cuenta que se lo hago también al otro.

Pienso esto y mis pezones se ponen de punta, siento un cosquilleo en mi entrepierna, tengo puesto solo mi bata para dormir y un tanga rosa debajo, paso mi mano por encima de mi tanga, mi clítoris está muy hinchado, está pidiendo que alguien o algo lo calme, me gustaría sentir la lengua de mi novio tan cálida, su lengua que me recorra poco a poco mis labios vaginales, que empiece desde atrás por mi ano hasta llegar al clítoris, haciendo una parada en el centro y metiéndose como si fuera un pequeño pene, que cuando salga de ahí se vaya directamente a mi clítoris y ahí empiece a hacer pequeños círculos hasta que se decida a darme pequeños mordiscos en mi preciada y placentera bolita…


Me gustaría ser calmada ahora mismo por la mano imprevisible de mi amante, la mano que suele entrar por sorpresa bajo mi falda en la oficina y que es capaz de hacer que me corra en dos minutos con toda la ropa puesta y sin apenas moverme, llega, se pone enfrente, eleva un poco mi falda, desplaza mi tanga y va tocando mi coño como si quisiera quitármelo, primero lo amasa con toda la palma de la mano, luego introduce dos dedos, mientras con la parte de la mano más cercana a la muñeca, me frota el clítoris en movimientos circulares.

La situación comienza a desatarse sin poder remediar el final, estoy tan mojada de solo pensarlo que necesito quitar mi tanga, al moverme mi bata roza mis pezones, rosados y grandes, están duros como piedras y ese roce me produce un escalofrío de puro placer. No puedo creer que me haya puesto así, estoy boca arriba sobre la cama, me he desnudado completamente, la mano derecha acaricia mi clítoris completamente depilado, la mano izquierda dibuja círculos sobre mis pechos, círculos como los que ellos me hacen, en eso sí se parecen, saben ponerme los senos más tersas aún de lo que las tengo, saben hacer que mis pezones parezcan dos garbanzos rosados y saben la consecuencia que produce en mi coño que chupen las aureolas de mis pezones… me mojo, estoy mojando la cama, necesito que algo me penetre… estoy abandonada al placer, ya no puedo parar.

Busco algo que haga la labor de un pene, pero no lo tengo, busco y no encuentro, hasta que salgo a la mesa del comedor y veo un plátano, sí, un plátano, lo tomo y me dirijo a mi cama de nuevo, no necesito lubricarlo, con lo mojada que estoy entrará perfectamente… entra muy suave y despacio, me doy la vuelta en la cama, ahora mis pezones rozan el colchón, elevo un poco mi trasero para poder moverme con mayor facilidad… muevo con fuerza la fruta en mi entrepierna, quiero venirme de una forma brutal… estoy a punto de llegar, mis movimientos son terribles, no puedo parar de moverme, una mano empujando el plátano hacia dentro y hacia fuera, otra dándome fuertemente en el clítoris, siento mis pezones rozar con la sábana…

Un minuto, ha pasado sólo un minuto y he caído extasiada, no puedo moverme, el orgasmo recorre todo mi cuerpo, lo siento en cada terminación de mi cuerpo. Es una sensación inmensa, he conseguido tener un orgasmo en el que he podido mezclar a mis dos hombres, a los hombres que por separado me hacen gozar, pero que imaginándolos a la vez me han hecho rozar la locura. Ahora la paz… volteo a ver el plátano que tanto placer me ha dado y sin más ni más, lo pelo y me lo como, siento pasar el aire de la noche… me duermo y sigo soñando con ellos y en ti….

AUTOR: ANONIMO

RELATO; Servicio a domicilio

Anteayer encontré un anuncio en el periódico que me llamó la atención. Lo encontré más por casualidad. Estaba ubicado en "clasificados". Era grande, con un recuadro rojo y letras artísticas .Rezaba:" TELE POLLA , SU POLLA A DOMICILIO". Venía también un teléfono, junto con un sobre-eslogan que decía "calidad y discreción".

Yo me quedé un poco... a cuadros. ¿Y esto qué sería? ¿ una broma? ¿ una errata? ¿ una compañía de aves de corral para comer? El caso es que el anuncio se parecía a uno de esas pizzas famosas que se encargan por teléfono, pero no pensé que tuviese nada que ver una cosa con la otra.

Tal que como uno es ignorante hasta que pregunta, decidí llamar al teléfono de dicho anuncio. Marqué el número, esperé tres toques, y al instante me contestó una voz femenina (aunque no parecía de mujer).

"Tele Polla ¿qué desea?" Me contestó una voz cálida y fina.

Yo me quedé en blanco, pese a la tranquilidad que desprendía la persona del otro lado. Balbuceé algo y, como no se me ocurrió qué decir, pregunté: "¿qué tienen?".

Al instante, comenzó a recitar, monótona aunque metódicamente (como si lo repitiese varias veces al día) una mezcla entre eslogan y menú de especialidades. "Caliente, durita y lista para comer" acabó. Podía haber pasado por una carta de pizzas, incluso de hamburguesas, pero por muy deprisa que hablase la voz, oí claramente cómo usaba la palabra "pollas".

En esa larga lista aparecían nombres tan comunes como exóticos, ofertas, menús, etc. Estaba la clásica , la especial de la casa, cow-boy, chef, hawaiiana, muy hecha... Mi desconcierto y la voz animándome a pedir me hizo optar por la clásica (lo primero que se me pasó por la cabeza).Aún no sé cómo, pero, sí, hice un pedido.

Me preguntaron el tamaño: normal o grande. "normal ". Después me informaron de una promoción 2 por 1 válida durante este mes. Consistía en recibir dos como había pedido, o consumía una y con un vale consumía la otra cuando quisiera en un plazo de una semana. También servía pagar un poco más y así tendría una normal y una grande. Elegí el vale.

"¿Qué olor quería para la salsa?" fue lo siguiente que me preguntó. De entre menta, barbacoa, de la casa o melocotón elegí menta. Después me pidieron dirección, y un teléfono de contacto por si acaso, a ser posible móvil. Lo último en acordar fue la forma de pago (tarjeta) y hora de entrega (siempre pido mis pizzas para las 9’30). Por último, la voz me agradeció el haberles elegido y se despidió. Yo también lo hice, sin pensar ni en lo que había hecho (completamente inconsciente y automático) ni en lo que pronto me iba a suceder.

La tarde acabó. Anocheció y dieron las 9 y media. Yo ya había olvidado por completo la llamada que había hecho antes. Estaba bebiendo una cerveza mientras planeaba qué cenar cuando el móvil me avisó, con su timbre característico, de que tenía un mensaje.

Decía el mensaje: "su repartidor de T.P. ha llegado."

¿T.P.? Entonces recordé que el logo de Tele Polla eran esas iniciales y un dibujo que "parecía" la punta de un dedo de perfil, con un auricular telefónico. Abrí la puerta de la calle con el portero automático (vivo en un tercer piso) y esperé.

Después de subir escaleras, llamaron a la puerta (la de arriba). La abrí. Era un joven alto y apuesto. Vestía una indumentaria similar a la de los repartidores de pizza: gorra y parka roja con el logotipo de la empresa, polo, vaqueros y zapatillas. Sostenía en sus manos una caja blanca como de pizzas, sólo que ésta era ... distinta: no estaba caliente ni olía a comida; y no era de cartón, sino metálica.

" Buenas noches", me saludó inexpresivamente. "¿Clásica con menta?". Asentí.

Me pidió pasar(le dejé) y me preguntó dónde la consumiría.Miré hacia la cocina un tanto perplejo y curioso, así que se fue hacia allí. Entonces, dejó caja en el poyo, se quitó la parka, se desabrochó el cinturón y se bajó el pantalón y la ropa interior.

...Y me la enseñó.

Yo me quedé mirándolo asombrado. No sabía cómo reaccionar: un desconocido había entrado a mi casa a exhibirse.

"¿Vd. ha encargado una polla, sí o no?" me preguntó con tono entre enérgico y cortés. Me sacó del trance cognitivo en el que había caído, y entonces comprendí.

"Ah, claro, eso es." Pensé. "Calidad y discreción. Caliente, durita y lista para comer."

Así que me dije "¿por qué no? El chaval está bueno." Asentí, me arrodillé ante él y... Bueno, yo nunca había probado una, así que siempre hay una 1ª vez para todo. Se la cogí , abrí la boca y puse mis labios sobre su capullo. La chupé como si de un pirulí gigante se tratara: poco a poco y en pequeñas lametadas.

Noté mi tensión subir, mi pulso aumentar, y mi temperatura ir en progresivo ascenso. Aquello también aumentaba poca a poco, hinchándose y poniéndose cada vez más dura (como la mía). La verdad es que para ser una mediana como pedí me pareció más bien grande.

Yo comencé a cogerle el gustillo, así que poco a poco me la introduje cada vez más hasta que mi perilla se enredó con su vello púbico. Miré hacia arriba, a ver qué hacía el repartidor. Éste tenía cierta cara apática, como si no disfrutase tanto como lo estaba haciendo yo, como si estuviese pensando en otra cosa que no fuese la mamada.

El calor se apoderó de mí. Mientras se la chupaba me desabroché la camisa, dejándome el pecho al descubierto. También, me bajé los pantalones frenéticamente y me busqué la mía, cascándomela le comía la suya. Cada mamada la saboreaba, percibía su aroma, su sabor, su textura, su bouquet. Era algo placentero. Hay que ver lo que me había perdido hasta ahora.

Noté que me iba a correr, así que intenté acelerar el propósito. Pero de repente, él me sacó su miembro de la boca y me tocó la mano para que cesase mi paja.

"Un momento, que ahora viene el plato principal. "Me avisó con su particular tono.

Abrió la famosa caja que trajo, y sacó un tarrito y una cajita. Abrió el tarro y metió un dedo. De él sacó una crema verdosa que olía a menta. Seguidamente, se untó con ésta parte de su pubis e ingles, e hizo lo mismo, a modo de masaje, con mis nalgas y mi ano. Me gustó mucho cuando su dedo rozó mi interior, me estremecí y todo.

También abrió la cajita. Habían condones. Se puso uno. Entonces, se tumbó en el suelo y me pidió que debía ponerme en cuclillas, con las rodillas lo más separadas que pudiese, descansando mis nalgas en su vientre y con éstas sacadas un poco hacia fuera. Eso hice. Así que, con mis pies cerca de sus sobacos, y aguantando el equilibrio, el repartidor me metió su protegida polla por el ano. Yo lo noté en seguida; fue un dolor que me hizo gemir de placer.

Él subía y bajaba su pelvis potente pero acompasadamente, como buen profesional y entendido en la materia. A esto yo sólo podía responder con gemidos, a cual más irregular pero placentero. Tuve que agarrarme a una pata de la mesa porque la flojera que me sacudía era tal que me haría caer.

Así continuamos hasta que noté que mi dura polla se corría. Instintivamente me llevé la mano a ésta, sin pensar en si había postre. Solté la leche, que se desparramó por entre la mano, y que cayó gran parte a mis calzones.

Después de esto, mientras me recuperaba del polvazo (y sin embargo él ni tan tranquilo), se "vistió" y sacó unos papeles: una factura de la consumición, un recibo de la tarjeta de crédito, un catálogo- menú con sus ofertas, y el vale canjeable del dos por uno.

"Bueno, yo ya he acabado." Me dijo. "Espero que haya disfrutado."

El repartidor se fue, no sin antes hacer ademán de pedir propina. Le dí un billete, no recuerdo qué.

Y así fue la primera vez que consumí de Tele Polla. Una empresa de "ocio y relax" montada como si de comida rápida a domicilio se tratase. No había más que pedir, pagar, dar dirección... y te lo traen a casa. Todo igual que en un restaurante de pizzas.

Bueno, todo no. El precio es lo único que no era igual (un polvo no cuesta lo mismo que una pizza)... Pero tengo dos por uno. ¡Mañana mismo canjeo el vale!

AUTOR: "YOYOS" - ESPAÑA